domingo, 23 de febrero de 2014

Cosas de Magia






"No hay viento favorable para aquel que no sabe a que puerto se dirige"                                                             Arthur Schopenhauer

Nunca fui un niño tranquilo. Yo era un terremoto nocturno. Vive de noche y duerme de día. Que porque me preguntaréis, simple, De día el sol te ilumina, de noche tú le pones la luz que quieres. Yo era de esperar a los reyes magos y ponerle trampas al ratoncito Pérez. De querer ver la tele hasta tarde. De leer cuentos, comics y hasta libros de chistes en la cama. De despertar a mí hermano cuando se dormía, porque él nunca sabrá lo que se estaba perdiendo. 
Me gustaba la noche, quizá porque tenía esa magia necesaria en la vida de todo niño, de noche no era alumno, ni compañero, ni hijo. Vamos que siempre he creído en la magia. Pero eso no le pasa a todo el mundo…

Sí. Porque Magia es ir al Bernabéu los findes y los martes de guardar, porque magia sigue siendo acostarse tarde y levantarse tarde, salir con mis amigos tenga o no tenga ganas, leer libros las tardes de verano en la piscina, mientras miras por el rabillo del ojo a esa vecina que en bikini es como un arma de destrucción masiva para tus hormonas, todo esto a ritmo de una buena canción, hay que dar calidad a la magia.

2013-07-20 20.09.06
Magia es estudiar la noche de antes y sacar un 10, Magia era meter un euro en la máquina de Coca-Cola y que cayeran dos, y eso amigos es algo que solo te pasa una vez en la vida. Magia es el primer baño del verano, y ya puestos el último, magia son los reencuentros con aquella persona que pensaste que jamás volverías a ver, magia es superar una enfermedad, magia es salir a tomar una cerveza  "vuelvo en seguida"  y acabar en San Ginés desayunando y sin ganas de volver aún.  Magia es ver películas antiguas como si fueran nuevas, y ver películas nuevas como si fueran antiguas, magia es una charla con ese colega que sabe de todo, gin-tonic en mano. Magia es el crujir de los hielos cuando te sirves una copa, y tú y todo el bar sabe que no va a ser la última.

 Magia es el olor a tostadas y huevos revueltos por las mañanas, magia son los discos de vinilo, y las fotos en blanco y negro. Magia es ir a ese concierto de aquel grupo que odias y acabaste cantando todas sus canciones, en realidad aun sigues cantándolas, pero todos te guardamos el secreto. Magia es viajar, a donde sea, ya sea a tu pueblo o a Nueva York, que oye, cada uno tiene sus cosas, la fabada de tu abuela no te la dan en el Soho.

 Magia son sus ojos leyendo las letras de Sabina, Magia es su boca diciendo tu nombre, magia son sus piernas bailando en la playa, su risa con tus chistes malos y sus lágrimas cuando el chiste malo eres tú, su forma de hacerte mirar a la gente, porque una vez la miraste a ella y desde entonces ya no miras como antes, su forma de conseguir querer matarla y besarla al mismo tiempo, ella que consiguió lo que los magos no conseguían, hacer creer en la magia a un escéptico sin fronteras. Sabéis de lo que hablo.
Magia son las croquetas de tu madre y sus “ya te lo decía yo” porque las madres siempre tienen la última palabra, siempre dan el último golpe de varita. Magia es Madrid en primavera, y en verano, y en invierno, y en otoño, y los años bisiestos…


No todos somos magos, pero todos creemos en la magia, sino en esta en otra, cada uno se monta sus trucos. Pero en definitiva todos tenemos que creer en algo, porque sin nada en lo que creer no sabemos a dónde ir. Unos creen en vivir, otros viven creyendo y otros creen que han vivido, pero la magia esta en creer. Y yo creo en ti y en tu magia, y sé que saldrás de esto y estoy aquí, y como el mimbre antes partimos que doblamos, pero cuando salgas de esta te diré que ha sido por arte de magia, y entonces nos reiremos.  

XVIII.

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