jueves, 23 de febrero de 2017

Reír.


"La Risa es la distancia más corta entre dos personas"
                                                                                                            Victor Borge.

El Buscavidas, 1961


Hola peña del moco. 

Cómo ya sabréis, soy bastante cinéfilo, y la verdad que, últimamente he estado cultivándome. 

Viendo películas que hacia muchísimo tiempo que no veía...  

Todo comenzó a raíz de un artículo que leí en JotDown sobre la muerte del amor romántico. 

Un amor romántico que, según ellos, ha quedado relegado a un segundo plano por el amor barato, de todo a 100. 


Ese que hace posible que hoy en día en vez de poner obras maestras del cine los domingos por la noche, después de todo el día viendo futbol, enciendas la tele y pongan “casados a primera vista” y aparezca un gordo en calzoncillos en pleno primetime.

Mi dulce condena. 

Ay ay ay que dolor de huevos. 

Desde pequeño siempre he creído todo lo que he leído en los libros y visto en la tele o el cine. A pies juntillas. 

Me dices que nunca conseguí enseñarte muchas cosas sobre películas, así que, como casi todo lo que sé de lo poco que sé de esta vida me lo han enseñado las películas, me niego a creer que sea demasiado tarde para que aprendas. 

Porque yo, como ya sabes, he crecido sintiéndome identificado con personajes, de dibujos animados, de dibujos de verdad. 

He salido del cine creyéndome un espía inglés y todos los días me voy a la cama creyéndome que soy un Sons of Anarchy, que mis antepasadas son vikingos o que debería cortarme el pelo como Thomas Shelby y mandar a tomar por culo a todos los haters. 

Pero bueno. Soy esa clase de persona, de los que están ahora aquí y dentro de un minuto, quién sabe. Tú lo sabes mejor que nadie. 

Todo el día soñando.

El cine y la literatura están repletas de historias de este tipo de amor. 

Este amor que engancha. Casi como lo que quiera que sea esto. Cualquier tipo de amor. Ese amor que se mete debajo de nuestras almohadas para que soñemos hasta hacerlo realidad. 

Lloramos como niños con el papel de Meryl Streep en los puentes de Madison, cuando fue incapaz de abrir la puerta del coche de su marido para escaparse con aquel fotógrafo tan bien interpretado por el bueno de Clint Eastwood. 

Porque en esta película no había ni feo ni malo. 

Entendimos que nunca serían tan felices como aquellos cuatro días, porque les pudo algo más sólido que lo que dicta el corazón.

Y Cómo ellos, infinitas parejas, divididas entre razones y emociones, quedaron y quedan condenadas a no comer perdices.

La lucha interna entre el deber y el querer.  

Debo confesarte que, como ya sabes, siempre he tenido cierta debilidad por el juego, y más viniendo de una familia en la que ir al casino es como un ritual. Cuando tenía 17 años, solo quería que llegara el día de mi cumpleaños para acompañar a mi padre y a mi abuelo a esas noches familiares de juego y cena.

Lo mejor, es que pasan los años y siempre ocurre lo mismo; Entras en el casino. Te invade un poder y un optimismo exagerado. 
Optimismo con el que te intentas auto convencer, advirtiéndole al crupier que hoy arrasaras con todo lo que te pongan por delante. 

A lo que él te contesta con una media sonrisa y un tímido “mucha suerte”. Esos hombres de uniforme no tienen ninguna fe en su trabajo, y al final de la noche entiendes por qué.

Pero ahí que vuelves con la misma frase y las mismas ganas. 

Yo tampoco lo entiendo, pero me encanta.  

Por eso no debemos confundirnos. A todos. TODOS. 

Nos encanta desafiar al universo y apostar sin reparo todo lo que nos queda en nuestra cuenta de ahorros por el final feliz. Por comer perdices.  

Nos fascina la idea de reunirnos en lo más alto del Empire State como en Sleepless in Seattle. Queréis el beso final de Breakfast at Tiffany´s y que os secuestren de la oficina en brazos al estilo oficial y caballero. 



Sleepless in Seattle, 1993.

Que una persona puede asumir que ya no será nunca el explorador, escritor, tirano o concertista que fantaseó, pero hay algo dentro de nosotros que se aferra a la posibilidad de esa isla. 


De ese amor pulcro, definitivo, maravilloso y bastante rosáceo que, porqué no, aún puede... aún puede. El que encajará a la perfección con todos sus recovecos, cauterizara todas sus heridas y, en definitiva, acertara en todo aquello que hasta ahora ha fracasado. 

Que el mundo esta lleno de ovejas que se niegan a ser ovejas y, aún así, pacen. 

Pero no se preocupe. No es grave; es un huevo. 


Y me acorde de aquel viejo chiste, ya saben, el del tipo que va a ver al psiquiatra y le dice: "Doctor, mi hermano se ha vuelto loco. Se cree que es una gallina." Y el medico le contesta: "Bueno, ¿y por qué no lo encierra? A lo que el tipo replica: 
"Lo haría pero necesito los huevos."
Eso expresa muy bien lo que siento acerca de las relaciones entre personas, ¿Saben? Son completamente irracionales, disparatadas, absurdas... Pero creo que las seguimos manteniendo porque la mayor parte de nosotros necesitamos los huevos. Necesitamos ese cosquilleo, esa alegría, esa desesperación, pasión, frustración.

Sentir y ser feliz al fin y al cabo.

Que en realidad, sabéis de sobra que, aunque a veces tengamos esas sensaciones de inseguridad y miedo a arriesgar todo a un numero de la ruleta; 

Temer al amor es temer a la vida, y quien teme a la vida ya esta medio muerto.  




He escrito muchas veces esta entrada, he escrito algo un día y al día siguiente todo había cambiado y la he borrado, luego he vuelto a empezar a escribir y cuando ya la tenia terminada, volvieron a cambiar los vientos y se llevaron mis letras, otra vez. 

Llevo varios días pensando en mi vida, ahora que tengo que tomar cantidad de decisiones importantes que me encantaría que otros tomarán por mí.

Mi vida en general. 

Mi vida Contigo y mi vida Sintigo. 


Breakfast at Tiffany´s, 1963.

Mi vida contigo fue y es bonita.

La tengo encarcelada en caligrafía redonda, en las páginas de esta especie de libreta que me ha servido de diario durante casi 2 años de aventuras a lo nuestro. 

Pero creo que mi vida Sintigo tiene potencial para convertirse en novela, así que ya iremos viendo que hay en los próximos capítulos.

También me he dado cuenta de que lo que mas nos une es la risa


Cada  vez que nos reímos avanzamos a pasos agigantados, contra viento y marea. Riéte. Cómo nos hemos reído de todo siempre tu y yo.


Tantos días que hemos llegado a casa con agujetas en la tripa y exhaustos de tanto reír, de tanto disfrutar. 


También me he dado cuenta que me encanta hablar sintigo. 


Más de lo que me gustaba antes. Me gusta hablar sintigo y reír sintigo. 


Reír por saber esperar, de querer solo cuando nos sintamos preparados, de dar pasos cuando a ti te da la gana de andar. Tú que andas y desandas por ti y todos tus compañeros. 


Reírnos de apostar tus pros y mis contras, desconfiando confiadamente, mientras gira esta incesante ruleta en la que no dejan de pasar los días. 


Aprovechar, entre giro y giro, un descuido. Que bajes la guardia y pellizcarte, aunque no quieras, aunque no quiero, porque me da la puta gana.


Reírse de que lo que hay es lo que hay, y que será como nosotros queramos que sea o dejemos que sea. Que a veces las cosas vienen dadas y no hay que parar a preguntarse tantas veces porqué. Si ríes, ríes y si besas, besas, nunca hay explicación para todo lo que nos pasa.


Que aburrido si la hubiera. 


Riámonos de la lealtad y la confianza, esa que hemos llegado a pisotear y mandar de vacaciones a Bora-Bora, pero que en realidad, nunca se ha ido y lo más cerca que ha estado de Bora-Bora es en las imágenes de Google Chrome. 


Riámonos de entendernos, aunque a veces sea imposible. 


Reírnos de tener miedo, agobios, enfados.


Riámonos al encontrarnos después de este escondite puñetero que llevamos jugando casi medio año. Riámonos en la ducha, en la cocina, en la cama. Riámonos a carcajadas, hasta despertar a los vecinos. 


Riamos a gritos nuestra canción preferida. Olvidémonos de desayunar. Riámonos sin palabras, sin llenar los silencios incómodos. 


Riámonos aquí y ahora, entre tu y yo, de nosotros.


Porque hubo un tiempo en que contigo cada día era algo nuevo, y ninguna noche se parecía a la anterior. 

Porque lo nuestro habría sido un Oscar a mejor guión y ahora no sabemos si catalogarlo como comedia o como drama. 


Esa Categoría.

Nuestra nueva categoría.






Porque Sintigo, es mi mayor contradicción, empieza sin ti, pero acaba contigo y si no vuelves, simplemente no acaba. 

Como tú risa. Que no acaba nunca. 

Espero riéndome de tanto esperar. Pero sigo.

Riéndome

Que quizá sea verdad que existe el amor a primera risa. 

El Graduado, 1969


XVIII.  

PD: Ponte a ver alguna de las películas del post... aunque solo sea por pasar el rato tronqui.





jueves, 5 de enero de 2017

Mr. Brightside

Buenos días y Feliz año nuevo hijos del rock and roll, 

He decidido volver a escribiros algo por aquí, que esto tiene más telarañas que el apartamento de Jack Lemon desde que Shirley Maclaine nos dejó, o ¿fue al revés?

Pero bueno, let´s get to the fucking point; Para compensaros por tanto tiempo sin escribir voy a meter más de un temazo. Ahí va el primero. Con moderación. 

The promise land BS.



"I packed my bags and I'm heading straight into the storm 

Gonna be a twister to blow everything down 
That ain't got the faith to stand its ground 
Blow away the dreams that tear you apart 
Blow away the dreams that break your heart 
Blow away the lies that leave you nothing but lost and brokenhearted"


Esa puta Ármonica. 

Hemos despedido ansiosos el 2016, como despedimos a ese cuñado que te lleva dando toda la comida el día 26 y del que solo quieres librarte de una puta vez para poder ver la premier, que es boxing day. Una manta calentita e ir cerrando lentamente los ojos hasta que Morfeo te secuestre y haga contigo de todo menos despertarte. 

Este año 2016 que gracias a Dios se va ya, he estado lejos.

Bastante lejos, al menos la mitad del mismo.

Ha sido un año raro. Ha sido un año con muchas alegrías y cosas positivas. 

Pero también un año de decepciones, de frustraciones, y de incongruencias. 

Como si se estuviese yendo obligado. Queriendo dejar una huella permanente en forma de un recuerdo que la mayoría de nosotros no querríamos tener, ni haber tenido nunca.

Es el olor a pólvora después de disparar una bala a la puta cabeza, que te deja con la misma cara que los detectives y policías de las películas, cuando saben que esa bala, ya no va a volver. 

La verdad que estando tan lejos te das un poco cuenta de lo que realmente tienes en casa, no sé si es la perspectiva o la capacidad para ver todo desde otro punto de vista. 

¿O esas dos cosas son sinónimos?

Estos seis meses me han servido para muchas cosas y una de ellas es darme cuenta de cómo son mis amigos y cómo actúan en diferentes situaciones. 

Está el amigo de verdad que a pesar de la distancia siempre va a estar ahí. El amigo de verdad que, aunque estuviera en el piso de al lado no habría escrito ni un mensaje, si tío estoy hablando de ti, puto desastre.

Por último, el amigo que ha rehecho su vida en la distancia y que cuando vuelva, no quedarán ni las cenizas de lo que era. 

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Así es, y me temo que según se van a desenvolver los acontecimientos así va a seguir siendo.

Cada uno en esta vida escoge. Hay decisiones fáciles, decisiones difíciles y simplemente decisiones.

Estos 6 meses que llegan a su fin, también han traído incongruencias, dudas y problemas en un ámbito en el que al menos, desde mi punto de vista, era inesperado.

Pero bueno, de las cosas inesperadas se alimentan los corazones y las cabezas de quienes intentan planear todos los segundos de su vida. El hombre propone y Dios dispone, como decía mi abuela. Así que aquí estoy, en el mismo puto banco de siempre. Pensando. Respirando. 

Como siempre dices tú, todo tiene su lado positivo. Alucino. Te encanta. Lo dices, aunque sea mentira, no sé si es un mecanismo de defensa ancestral o un problema de observación objetiva. 

Mr. Brightside. 

En fin. Seguí pensando. 


Faye Dunaway y Steve McQueen durante el rodaje de "El caso de Thomas Crown", de Norman Jewison (1968)

Pensé en las Relaciones a distancia. 

Pensé en cómo se ha enfriado todo estos últimos 6 meses. 

Pensé que fue de aquel verano en que vivimos peligrosamente juntos. 

En general cuando una persona entra en una relación lo hace pensando en llevar una vida fácil, alejada de las decisiones complicadas, esquivar los problemas y comprar en rebajas. Lo que no saben es que se están subiendo al tren en el coche bomba, y hay que estar preparado y entregado para todo. A cualquier hora. 

Es una característica esencial del ser humano asustarse con facilidad, casi tanto como te asustas tú. Aunque yo pensaba que solo te asustabas con tu hipocondría paranoica sobre disminuciones físicas aleatorias, a lo largo de los días de Junio, Mayo, Septiembre o Abril. Otra vez me equivoqué. Al fin y al cabo, todos tenemos miedos de los que nos da miedo hablar. Valga la redundancia. 

Otra concepción que pensé tenía muy clara era el factor riesgo. Yo conocía el riesgo que todo esto involucraba. Asumía el riego. Con ojos ciegos y el corazón lleno. Igual que tú. Quizá no me he dado cuenta aún de las posibles consecuencias del factor. Ni falta que me hace. Quizá tú te hayas olvidado del riesgo o quizá sea el miedo a arriesgarse. 


Las parejas ya no se arriesgan ni con el restaurante al que ir a cenar. Encuentran tres que les gustan y ya tienen planes para el resto del año. Pero bueno quizá somos nosotros y nuestra forma difícilmente simplificada de ver la vida. Pero aquí seguimos;

Despacito.    



"Ahora vas tan rápido que no lo puedes ver,
y te tienen que parar
 "   

Siempre he pensado que una relación es construir una columna vertebral poco a poco. Y no, no una columna vertebral en la que todas las vértebras engarcen milimétricamente a la perfección. Porque esas se rompen. Esas no existen. 

Cuando entramos esperanzados en una relación, ya sea de amor o de amistad, queremos que el asunto camine, que camine erguido pero que pueda superar cualquier cosa. Que sea capaz de sentir punzadas, calambres, desgarros, heridas, recuperaciones, recaídas, pérdidas, dolor, cosquilleos pero que siga andando sin detenerse. 

Queremos que sepa vivir con ello. Vivir por ello. 

Que cuando no quiera caminar, que serán infinitud de tardes y noches, saqué fuerza de donde no hay para renquear atosigado por las infinitas chinas en el zapato y ampollas sin pinchar de caminar y caminar y seguir caminando. Haciendo camino al andar.  

Pero que con ese caminar activo, se produzca un clic demoledor que acabe conduciendo a una estructura perfecta. 

Perfecta de aquella manera.

Perfecta a nuestra manera. 

Pero vamos, quizá sea mi concepción vital de Samurai madrileño haciendo estragos con las bases elementales de la filosofía, el amor y el pensamiento humano occidental. O no. 

¿Quién sabe? 

Will Smith y Jaden Smith en "En busca de la felicidad", de Gabriele Muccino (2006)
Todos tenemos nuestros monstruos, pero si nunca salen de debajo de la cama, hay dos opciones; o se han ido o te han matado. 

Que a 2017 solo le pido que disfrute. Mientras tenga tiempo. Disfruta. 

En la vida hay cosas muy importantes que cada vez se olvidan más. Una de ellas es saber disfrutar. Disfruta de cualquier cosa. Disfruta una caída y disfruta levantándote. Disfruta de una persona, date cuenta de que una cosa es necesitar a alguien en tu vida y otra muy diferente es querer compartir tu vida, que es tuya y de nadie másNecesitar no necesitas nada más que respirar y comer.

Bueno, y algunos necesitamos a ese equipo con camiseta blanca, un escudo redondito y muchas, muchas copas de Europa. Eso sí que es Amor verdadero e incondicional.

Disfruta una victoria, disfruta una derrota. Disfruta los días de sol y los días de lluvia, las malas canciones y las buenas canciones, lo mismo con los libros y como no, con las personas. Recuerda que las personas que están enamoradas del cielo disfrutan de él, los días de sol, lluvia, nubes, tormentas o huracanes. 

Sin pensar. 

Disfruta de un buen amigo hoy, que quizá mañana por cosas que vienen y van, igual, ya no lo será tanto. Disfruta de una cena de domingo.

Disfruta. 

Disfruta porque después de la solución viene el problema y hacerlo por diversión valió la pena.

Disfruta el presente sin permitir que nuestro pasado condicione nuestro futuro, que el pasado se hace mayor rápido, y cuando te quieres dar cuenta, ya no hay un futuro para ese pasado.  

Nunca seas demasiado para ninguna cosa. Ni demasiado Joven, ni demasiado viejo, ni demasiado idiota. No seas como Roger Murtaugh en Lethal Weapon; “Demasiado viejo para estas cosas”

Aprende de cada situación que tengas en tu vida, sobretodo de las inesperadas. De las sorpresas. Gestiona tus ideas, vive con miedo, pero sin temor, decide, equivócate, rectifica o no lo hagas. Disfruta. Ten calma. Déjate llevar cuando sea imposible tener la cabeza fría. La gente de cabeza fría no es nunca la que más lejos llega, porque el miedo a perder influye en sus decisiones.

Vive sin miedo. Vive con fuerza. Vive sin dudas.

Disfruta el tiempo. Que nunca para. Disfruta de las cosas que te pasan porque significa que estas vivo. Disfruta bajando la guardia. Disfruta dándote cuenta de que no estás solo, que estas de espaldas. Disfruta dándote cuenta de que en realidad estas más solo que la puta una. Disfruta. 

Disfruta del amor. Disfruta de lo que tienes, de lo que has tenido y de lo que tendrás. Recuerda cuando te dije aquello de lo rápido que nos quisimos, nos queremos y nos querremos. Disfruta porque quizá ya no vuelva a ir tan deprisa. Disfruta porque quizá vaya a ir más deprisa de lo que tú y yo nos habríamos imaginado nunca. NUNCA.

Disfruta de tu vida. Disfruta de que te importen un pito los eclipses de sol y de luna o la extinción de las especies. Disfruta de tu horario y de todos esos días en los que no paras y no tienes tiempo ni para pensar. Sobre todo los de Navidad.

Disfruta de tus amigos y tus hermanos porque sin ellos no hubieses aprendido a ser feliz siendo siempre el primero, el segundo o el tercero.

Disfruta de todas aquellas cosas que dijimos que Quedaban prohibidas y que parece que te has olvidado estos 6 meses. Disfruta de llorar y aprender, y de llorar sin aprender. Disfruta de levantarte un día sin saber qué hacer. Disfruta de tu presente.

Disfruta de que casi nunca pasa nada y disfruta, porque nada es demasiado importante, pero las cosas que lo son, nos dan la vida.

Piensa que te ha hecho sentir viva este último año y actúa en consecuencia. Disfruta de ser rico a pesar de sentirte, tan a menudo, ARRUINADO.

Disfruta porque has aprendido lo que es la Paz. Disfruta porque sin todas las cosas que me han pasado, me pasan y me pasaran en esta vida no habría escrito ni una mesera línea y desgraciadamente odio las tablas de multiplicar. Pero bueno, de Bombas vive el hombre pobre y los ricos también mueren. 

Disfruta porque si no llega a ser por este año y aún más estos últimos seis meses no hubiese entendido que el amor, como el dinero, solo sirve para despilfarrarlo, sin pensar, sin querer y con todo lo que llevas dentro, o al menos lo que te queda en noches como hoy. 

Gracias por tus mañanas de desenfreno y tus noches de ibuprofeno. Siempre has sido una mujer de día.

Para llevar la contraria como siempre. Disfruta de llevarme la contraria casi por sistema. 

Disfruta decidiendo. Disfruta equivocándote. Disfruta acertando. 

Recuerda que como dijo un hombre sabio; Hasta que no llegas a decidir lo que quieres perder no puedes valorar lo que ganas para siempre.

Audrey Hepburn en "Desayuno con diamantes", de Blake Edwards (1961)

Disfruta del sin sentido que da sentido a la vida. Cómo disfrutas, has disfrutado y vas a disfrutar todo lo nuestro. Etapa tras etapa, como el Tour de Francia durante las siestas de agosto.

En fin, nadie entiende nada de la vida y menos del amor, y aunque me prometí a mí mismo nunca escribir sobre lo segundo, al final acabas cayendo. Como con todo.

Pero bueno, despacito, buena letra y a caerse todos juntos.

Cayendo con todo el equipo, pero bailando. Que 2017 te pille cayendo o bailando, o cayéndote mientras bailas, o bailando cayéndote, pero que te pille.

Que te pille de sorpresa.

Cómo me pillaste tú a mi. Siempre. 

Cómo me ha pillado este último mes de 2016.

Que de sorpresas se alimentan las vidas y la ilusión. Por un 2017 de sorpresas y de ilusión, tanto para ti como para mí.

Para nosotros. 

Aunque tú seas tan Mr. Brightside y yo no pueda evitar ser Miss Atomic Bomb. 



"Miss Atomic Bomb

Making out we've got the radio on
You're gonna miss me when I'm gone
You're gonna miss me when I'm gone"




"But it's just the price I pay
Destiny is calling me
Open up my eager eyes
Cause I'm Mr Brightside"

Tan diferentes. Tan parecidos. 

Quién sabe si las escucharemos en directo en unos meses en Bilbao, riéndonos de todo esto. 

¿Quién sabe?


Pero bueno, sigue volviéndome loco, que es lo que mejor se te ha dado siempre, para bien y para mal. 



Feliz año nuevo, Feliz noche de Reyes, Viva el Real Madrid y viva la madre que te parió.

XVIII