miércoles, 8 de octubre de 2014

Shangri-La


"Nosotros, que somos los de entonces, los que no tenemos donde, los que siempre hablamos solos... "                                                  Memoria de jóvenes aireados. Loquillo. 
 Otoño.

Suena el teléfono a una de esas horas en las que sabes que si suena hay dos opciones; Alguien se lo esta pasando especialmente bien y llama borracho a preguntar donde estas y que haces, aunque se la sude completamente o Amigo te toca quitarte el pijama, enchufarte el chandal, coger la cajetilla de tabaco y salir en su busca.

La amistad no tiene horarios de visitas establecidos, ni falta que hace. Es como un 24 horas, cuando mas transitada está suele ser de noche, con tres o cuatro copas de mas y un hambre parecida a la que tendría Chicote en supervivientes. Pero yo sigo creyendo que la culpa la tiene Octubre.

Octubre es un mes jodido, ni cuesta de enero ni hostias. Nadie hace canciones sobre octubre, nadie le tiene en cuenta, es un periodo del año que todos queremos olvidar.

Que mes mas desagradable. Hay un 80% de probabilidades de que si tienes pareja, rompas en Octubre. Octubre es el mes con mas mortalidad del año. Se caen las hojas. Empiezas a plantearte que como no te pongas a estudiar, tus navidades van a ser de todo menos "MERRY". Las chicas no están guapas en Octubre. Las madrugadas se duermen en la comisaria de sus ojos claros, en Octubre. 

A las 3 de la mañana de un viernes de octubre nunca se pasa por un caballero, ya podrían robar mas meses como este y dejar a mi abril tranquilo, con lo gracioso que es. 

En definitiva para mí al menos el mes de octubre siempre es el mas jodido del año, y si no fuera por ellos creo que me recogerían esos funcionarios municipales que cabalgan las calles de Madrid recogiendo las hojas con esa aspiradora tan extravagante, que no se sabe si son jardineros, basureros o jinetes del apocalipsis. 

Octubre, tan perro. 

Pero siempre gracias a ellos, se supera como si fuera mayo. Ellos han conseguido que sea capaz de crearme mi propio Shangri-La dentro del infierno que es octubre. Porque los problemas que siempre trae octubre, separan muchas cosas sí, pero sobre todo unen y vaya que si unen. 
No hay mal que por bien no venga. Son tiempos de confusión.


Keith Richards durante el tour de 1972 de los Stones. La fotografía es de Ethan Russell.

En tiempos de confusión en los que uno no sabe que dirección tomar y avanza como puede, con el alma turbada y rota, siempre tienes dos compañeros de viaje, octubre y tus malditos bastardos (Los de cada uno).

Conviene apretar la tecla de rebobinar, ver nuestra vida hacia atrás y pararla en un momento determinado, que nosotros somos gente VHS, nos hemos pasado nuestra infancia haciendo eso.
Pararla en un momento que quizá pasara inadvertido, pero que ahora mismo, explica bastante de lo que hoy somos, y así pensando me acorde de aquellos desayunos y descubrí que en el fondo el mes de octubre no ha sido siempre tan malo. 

Tendría yo 6 años, mi carpeta estaba llena de fotos de Hierro, Raúl, Sanchís, Guti... 

Llevaba aquel uniforme de mi colegio, aquel uniforme que daba tanto juego y que hacía que todas las amigas de mi abuela me pararan por la calle para estrujarme los mofletes con una fuerza sobrehumana. Terminator con bragas de encaje, cómo las odiaba y que caras de asco ponía. 

Mi hermano tenia 3 años y tenía neumonía, mi madre estaba embarazada y no estaba muy bien, y mi padre trabajaba. Consecuencia: A mi no me quería llevar a clase nadie y con 5 años ir solo era bastante inviable, así que me pusieron un acompañante. Mi Abuelo. 

El Abuelo, que desastre, no podría haber sido la abuela que siempre me compraba cromos y me daba chucherías. NO.

Era mi abuelo. Me llevaba al colegio todas las mañanas, dando un largo y tenso paseo. Digo tenso porque mi abuelo nunca fue un hombre de muchas palabras,  mi abuelo es el típico prototipo de abuelo al que todos temen. Es como el Sheriff en las películas de Clint Eastwood. Serio, Alto, moreno, de ojos azules y con una especial manera de llamar la atención. Él no te regañaba, sencillamente te daba un capón con los nudillos y soltaba un "CagonRós" clavando sus ojos azules en mis ojos verdes y haciendo que yo no volviera a abrir la boca, ni a moverme en dos horas como mínimo... al fin y al cabo es un hombre del norte. 

Digamos que se parecía un poco a Bill Murray en su nueva película. Ese tipo de hombre que tiene mucho que contar pero que se cierra herméticamente para que no se escape el calor.

Documento gráfico:
PD: Tiene buena pinta la película. Apuntada queda.

 



A medida que pasaban los días conseguía entablar algo de conversación con él, que si que mal el Madrid ayer,que si hace frío... y poco a poco conseguí caerle algo mejor, o eso creo. Pico pala, pico pala. 

Un Jueves, muy temprano, tan temprano que mis legañas no me dejaban ver para atarme los cordones de mis zapatos, yo caminaba detrás de él, porque iba haciendo mis deberes de lengua a la vez que andaba por la calle, yo haciendo las cosas siempre a mi manera. 

A la que levanto la cabeza del papel veo que gira hacia otro lado al llegar a la esquina que bajaba la calle de mi colegio.
 Yo le pegué un grito;

- Abuelo, !qué es por aquí! ¿Dónde vas?

Él me miró, y me dijo "cállate y ven conmigo."

Bajamos la calle y al llegar al final entramos en un bar, típico bar madrileño, con sus periódicos manchados de mantequilla, ese olor a porras recién hechas y el sonido de la maquina de café como si fuera un avion a punto de despegar. Me sentó en una silla alta, dejo mi mochila del Madrid en el suelo (idea que no me gusto porque  el suelo estaba, realmente, lleno de mierda) Me dio el Marca y se fue a la barra. 

Yo miraba el reloj incrédulo, íbamos a llegar tarde a clase.

Volvió de la barra con un cargamento de churros y porras; un café solo y un cola-cao, y me dijo;

- ¿Sabes que hoy es mi cumpleaños verdad?

La verdad es que no tenía ni idea y eso me hizo sentir bastante mal, pero bueno, todo queda en familia. Pasamos la mañana entera en el bar "El Refugio" y al volver a casa a la hora de comer, cuando mi abuela me preguntó qué tal en el colegio, le miré como sin saber que decir, nos iban a pillar y entonces Él sin cambiar el gesto contestó por mí: 

 - Deja al niño que coma tranquilo y se vaya a hacer los deberes.

Los churros y porras los jueves acabaron convirtiendose en costumbre y un jueves de cada mes, nos íbamos los dos. Mano a mano, a comer churros, a leer el marca y a pegar mis cromos.

A día de hoy, aún nadie sabe que hacíamos eso, por lo que se podría decir que fueron mis primeras pellas, mi primer gesto de complicidad con una de las personas mas importantes y que mas me ha enseñado en mi vida hasta ahora y sobre todo mi primer gran secreto.
 
Big Sur, California, 1960s. "Selfie" de Hunter S. Thompson

Haciendo estos feedback te das cuenta de como pasa el tiempo, y que en el fondo no has tardado tanto tiempo en pedir la cuenta, coño.

Te das cuenta que aunque Hierro ahora sea entrenador y Sanchís comentarista y tu carpeta sea negra, sigues teniéndoles un afecto especial.

Te das cuenta que cuando te cabreas sigues rompiendo cosas, y que luego te arrepientes y te pones a escribir. 

Te das cuenta que aunque ya no vayas con tu abuelo, sigues escapándote los jueves por las mañanas, o los miércoles, o los martes o cualquier día, a cualquier bar, a tomarte una caña con dos, tres o cuatro personas que son vitales en tu día a día. 

Te das cuenta de que sigues sorprendiéndote cuando conoces una faceta desconocida de alguien, como cuando conociste el lado gamberro o "Take a walk on-the-wild-side" de tu Abuelo.

Te das cuenta que los días fríos y mojados de Otoño tienen sus cosas positivas, puedes volver a ponerte ese abrigo que tanto echabas de menos. Porque si, amigos, todos tenemos un amigo y un abrigo preferido.      

Te das cuenta que, por mucho que pase el tiempo sigues haciendo todo a última hora, como aquella mañana que hacías los deberes caminando por la calle. 

Te das cuenta de que realmente te la suda que no te llame, que no te escriba o que no te hable. Tienes cosas mas importantes en qué pensar. 

Te das cuenta que las personas importantes en tu vida, están ahí, siempre. Igual ahora, que hace 20 años, aunque hayan caído diluvios desde entonces. Llevaban chubasquero, y no los de pescanova. 

Te das cuenta que por mucho que llueva, siempre vas a llevar el mismo paraguas que pasaran los días. Los meses. Los años, y crecerás. Medirás mas que tú abuelo, aquel al que eras incapaz de seguir el ritmo bajando la calle Alcalá. Que crecerás y seguirás siendo del Madrid, seguirás escuchando la misma música, haciendo los mismos planes y queriendo a la misma gente. 

Que crecerás y podrás llegar a pensar que estas aburrido de tu rutina. Que los días son como capítulos de Castle, siempre siguen el mismo guión. Pero lo bueno es, que dentro de esa rutina, de ese guión, están todos y todo lo que te hace feliz. 

Los que hacen que en el fondo te levantes por las mañanas. Eso, eso es la magia del tiempo. Que pasa. Pasa muy rápido pero cuando se esta bien no parecemos darnos cuenta y cuando se esta mal, siempre hay alguien que lo para por nosotros. Para que puedas darle al pause, rebobinar, y volver a darle al play, y seguir erre que erre. En tus trece,en tus catorce y en tus quince. 

Y hacer lo que quieras, lo que tu consideres.

Porque aunque te equivoques y tu mismo seas el primero en darte cuenta, siempre habrá alguien que pensará que hiciste lo correcto, y que estará dispuesto a partir la pana por ti. 

Eso es la Amistad, Tan ligada al Día a Día, tan ligada a la rutina, tan ligada a tus manías y tus complejos, tan ligada a tus arrebatos, a tus caprichos, a tus llantos y a tus risas. 

Tan ligada a tu vida, que a veces convierten Madrid en Shangri-La, porque a lo largo de los años cambian muchas cosas, pero los amigos de rutina son lo único que no. 

Año tras año conservan la misma mirada suicida que revela su gran secreto, ese que tú sólo sabes y que jamás compartirías con nadie. Porque le dan alegría a los días tristes, y tristeza a los días alegres y jamás se lo vas a echar en cara.


Dicho todo esto poco más te queda por hacer que disfrutar de la rutina y no desesperarte cuando veas que todo va de culo y cuesta abajo. Pero sobre todo ten cuidado con los aspira-hojas (barra jardineros barra jinetes del apocalipsis) no te vayan a aspirar los pies cuando andes por el retiro, que eso da muy mala suerte.

No la Liéis mucho que ya empieza a hacer frío.

Winter is coming. 


Pd: SI. Ya se que la canción es muy 2005. Pero tenía que ponerla.  

XVIII. 

 






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